La movilidad urbana será una nueva cultura centrada en las personas, la sostenibilidad y la seguridad
Reducción del tráfico y fomento del transporte sostenible: claves para una movilidad urbana más equitativa
Las ciudades de todo el mundo están experimentando cambios significativos en sus modelos urbanos y de movilidad, impulsadas principalmente por preocupaciones medioambientales. En el reciente VII Encuentro de Ciudades en España, se enfatizó la necesidad de humanizar las ciudades y de priorizar el desplazamiento peatonal y en bicicleta. El envejecimiento de la población y una generación joven que valora la seguridad vial y el medio ambiente, son desafíos que las ciudades deben afrontar.
Pere Navarro, director general de Tráfico en España, destacó que las ciudades son el centro de la acción porque concentran hasta el 80% del PIB y serán las grandes protagonistas del siglo XXI. “El futuro de las ciudades se juega en la movilidad y quienes lo resuelvan bien tendrán éxito”. El espacio urbano debe redistribuirse de manera más equitativa, de tal forma que el 70% esté dedicado a la ciudadanía y el 30% al coche privado.
La presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, señaló que las Administraciones tienen la obligación de generar más espacio público de calidad para las personas y rechazó los privilegios que muchas ciudades aún otorgan a los coches. Además, abogó por incluir un enfoque de género en las políticas de movilidad.
Para lograr «calles de convivencia», María José Aparicio, subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT en España, señaló la necesidad de regular y adaptar los entornos, educar y reeducar a las personas, y vigilar y controlar. Antoni Poveda, presidente de la Red de Ciudades por la Bicicleta, fijó el objetivo de que el peso de la bicicleta en la movilidad sea del 10% para 2030, aunque para lograrlo, es necesario “sumar sensibilidad y consenso”, realizar mucha pedagogía y olvidar las luchas partidistas.
Las ciudades se enfrentan a importantes desafíos en su camino hacia una movilidad más sostenible, segura y humana. Para lograrlo, es necesario un enfoque transversal que priorice el espacio público de calidad para las personas, fomente el desplazamiento peatonal y en bicicleta, y regule y controle la movilidad para lograr «calles de convivencia» donde todas las personas tengan igualdad de derechos.
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